Tuve que tomar tres tazas de café para poder echar a andar este día, dormí poco anoche, tal vez es por el café que bebí ayer y ese ciclo vicioso del "¿qué fue primero? ¿el café o el insomnio?" Mientras escribo siento como las ideas y los pensamientos se me amontonan borrosos en el lóbulo frontal, como un recuerdo de algo que no puedo distinguir con claridad.
En fin, hoy me he dedicado a caminar y a ver llover y de paso he dejado que la lluvia me bese la cara. Hace frío, un frío ridículo para los que están acostumbrados a ver nevar, un frío falso que se quita con apenas una sudadera y un abrigo (frío pues, para la sangre defeña que recorre mis venas al menos).
Pero permitan que les hable de la lluvia, hace un par de años que no veía llover, una sequía violenta se ha adueñado de este lugar en donde habito y entonces me había desacostumbrado... O mejor dicho me había acostumbrado a los caminos arenosos, a los montes amarillos y a los árboles tristes. Entonces esta mañana aproveché y cuando empezó a llover no corrí a resguardarme, seguí caminando a paso normal, levantando el rostro y dejando que las gotitas impactaran contra mi cara. No saben lo lindo que se ha puesto todo, verde, vivo, feliz... Los árboles se regocijan en una fiesta de agua y se preparan para la siguiente sequía.
En el mundo han pasado tantas cosas que enlistarlas me parece un arduo trabajo, prefiero no hacerlo, sin embargo, déjenme decirles que para no variar seguimos perdiendo puntos como humanidad. Es una pena ver como seguimos levantando muros y quemando puentes, es inexplicable como la indiferencia nos ha vuelto la piel tan dura que dejamos que toda tragedia se nos resbale y nos olvide. Sepan también también que afortunadamente aún quedan los invencibles, los incansables, los soñadores, los que dan la cara, los que no permiten injusticias, los que levantan el puño y luchan por el bien común, son pocos, pero su fortaleza es la que mantiene a este planeta girando…
En fin, sólo quería contarles un poco de la lluvia y de los árboles y de los tiranos que construyen muros y de los héroes que los derriban. Sólo quería dejarles una nota de mis pensamientos adormilados. Felices días de lluvia para todos.
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