martes

38. A mis gatos

Pequeños cuadrúpedos peludos, dulces escaladores de árboles, implacables cazadores del láser. Permítanme dirigirme a ustedes con todo el respeto que se merecen. Queridos gatos de mi vida, qué lindo ha sido conocer a todos y cada uno de ustedes. Todos han llegado en el momento preciso, cuándo más los he necesitado (espero que eso haya sido recíproco). Para los que no me conocen, he tenido gatos desde antes que se pusiera de moda tener gatos, mi madre siempre los rescataba de las calles y los llevaba a nuestro hogar donde les dábamos refugio temporal o permanente.
Antes de que el internet los volviera famosos, los gatos eran maltratados y hasta repudiados, la gente puede llegar a ser muy cruel y los consideraban seres inferiores a los perros (lo cuál es una estupidez porque no hay ningún animal inferior a otro). En fin, yo nunca creí en lo que la gente decía y defendía a los felinos a capa y espada, ¿es que cómo no hacerlo? si ellos siempre ronroneaban para calmar mis ansiedades, uno de ellos pasaba noches enteras acompañándome mientras hacía tediosas tareas en la universidad, otra me enseñó que la vida hay que vivirla cómo si tuviera 9 vidas, que hay que salir al mundo y regresar con sorpresas para los que amas (gracias por todos los pájaros, las lagartijas y los ratones que me trajeron, disculpen que se los quitara y los liberara pero es que en realidad no me los iba a comer).
Queridos gatos, no saben cuántos les agradezco los juegos y la simpleza y la compañía y el cariño. Espero que ustedes se hayan sentido queridos, tan queridos como yo siempre me sentí.
¿Y usted ya felicitó a su gato hoy?

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