(Memoria de cuando la niña Paulette desapareció misteriosamente hace algunos años... Desde entonces muchos y muchas más han seguido desapareciendo.)
Así nos dicen ahora. Mataron a dos niños, a 43 estudiantes, a 100 periodistas, a 2600 mujeres, a miles más. Son daños colaterales, un mero
eufemismo, una tremenda exageración. Ya con eso nos debe quedar claro
que fue sin querer, que no hubo intención y que definitivamente "no hubo
nada más que se pudiera hacer".
Una niña es secuestrada
de su cuarto aparentemente por un fantasma, la niña es regresada
después. ¡Ups! se le pasó la mano al fantasma. Los medios corruptos y amarillistas explotan el caso, el
raiting se va a los cielos. Nuestro very own CSI case. Al menos nos
demuestra (una vez más) la maravillosa destreza de las autoridades.
Alguien
crea una ley (no piensen que fue sacada de la manga) nos piden registrar
celulares, "pongan su nombre completo y su fecha de nacimiento", todos
desconfiamos, no nos gusta que vengan a imponernos lo que se les antoje y
al final cedemos. Es una lástima. Le preguntan a un tipo que está en el
poder que es lo que ganan con eso. El tipo muy digno contesta "eso lo
pidieron ustedes bola de indios pa que estén más seguros". (Sí, es una
lástima).
El mundo sigue temblando. Alguien me dijo que
así se nos va a acabar. Es que cuando tiembla es que tiene miedo. El
mundo nos tiene miedo. ¿Y cómo no?, es cuestión de abrir los ojos para
darse cuenta de los monstruos que lo habitan. En otros lados llueve
(llora) y se mueren otros cuantos.
Al menos hay fútbol,
al menos ya viene el mundial y en mi país festejaremos orgullosos 200
años de Independencia y libertad. Para que el festejo salga habrá que
subir impuestos, habrá que inventar otros. No hay trabajo pero van a
subir el agua pues como dicen en la Conagua "está comprobado que cuando
subes la oferta baja la demanda". También le van a dar a la gasolina, al
gas,al huevo, la leche y si se les viene en gana también al maíz, al
fin y al cabo nada es tan básico como el dinero. (Ya veremos como
resolverlo).
La religión entra en crisis (otra vez, más
que nunca). La fe se desvanece en los aires. Estamos en la cuerda
floja. Estamos en guerra contra todo y contra todos.
Entre
el miedo y la decepción parece no haber cabida para la esperanza, pero
me gusta aferrarme a la posibilidad de algo positivo. Me aferro a mis
amores que son fuertes y sólidos. Los invito a aferrarse, a leer, a
creer, a informarse, a ayudar a otros cada vez que puedan, a querer lo
que nos queda de planeta, a respetar la vida, a luchar por la justicia y
a que pongan en orden sus sueños y su espíritu, así nos vamos ganando
causas para poder sonreír.
"Cuando miro al cielo,
pienso en que todo esto cambiará y que todo volverá a ser bueno, que
hasta estos días despiadados tendrán fin, y que el mundo conocerá de
nuevo el orden, el reposo y la paz. Asombra que yo no haya abandonado
aún todas mis esperanzas, puesto que parecen absurdas e irrealizables.
Sin embargo, me aferro a ellas a pesar de todo, porque sigo creyendo en
la bondad innata del hombre." Ana Frank (a pocos días de su captura a
casi un año de su muerte en un campo de concentración).
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